Modelo pedagógico

Nuestro modelo pedagógico

La nueva sociedad del conocimiento, compleja, globalizada y en cambio permanente demanda a la educación de hoy una transformación profunda, que asegure de manera efectiva el desarrollo multidimensional de cada persona en los diferentes niveles de escolaridad. Esto exige que el sistema educativo actualice los procesos formativos, contenidos y metodologías en las cuales se destaque el desempeño y las habilidades por encima del aprendizaje o memorización de datos e información, orientado al estudiante a ser competente y propositivo frente a los retos que espera en el mundo real.

Obedeciendo a lo planteado, el Gimnasio Real Americano, es una institución consciente de los múltiples cambios que se han vivido en materia educativa, es por esta razón que su espíritu discursivo parte de una educación por competencias para ser coherente con las políticas y directrices emanadas por el Ministerio de Educación Nacional, las cuales se han fundamento a través de los estándares básicos por competen- cias, estándares que se han convertido en el eje central de la educación colombiana al convertirse en una pieza fundamental para poder desarrollar nuestras prácticas pedagógicas. Con esto se quiere reafirmar, la importancia que adquiere este proyecto educativo al correlacionar los estándares básicos con las practicas pedagógicas dirigidas así por un sistema de competencias que diera lugar a una metodología por evidencias que permita alcanzar de alguna forma una educación integral a nuestros estudiantes, al desarrollar capa- cidades que le permitan un “saber hacer en contexto”, término que define la idea de competencia y que el MEN indaga “como un “conjunto de conocimientos, actitudes, disposiciones y habilidades (cognitivas, socioafectivas y comunicativas), relacionadas entre sí para facilitar el desempeño flexible y con sentido de una actividad en contextos relativamente nuevos y retadores. Por lo tanto, la competencia implica conocer, ser y saber hacer” (Felipe Trujillo, 2011).

Ahora bien, lo que se busca desde ese horizonte de comprensión es que ese saber lo lleve a un saber hacer que le permita “caminar de la mano de las ciencias para ver y actuar en el mundo, para saberse parte de él, producto de una historia que viene construyéndose hace millones de años” (MEN; 2006, p 96). Desde allí se busca un estudiante que reconozca su pasado para entender su presente y que actúe frente a los problemas de la vida, no solo para nombrarlos, sino para que pueda transformarlos, entendiendo que el conocimiento no proviene solamente de la academia, sino también del contexto en el que está inmerso; al entender contenidos locales, al comprender como se articula un texto, al reflexionar y evaluar el contenido de los argumentos, al interpretar y transformar información, al seguir procedimientos, al diseñar soluciones a problemas, al justificar los pasos de un proceso, al ser promotor de pensamiento social, al generar interpretación y análisis de perspectivas que le permita dar solución a los conflictos, al participar de forma reflexiva y sistémica en un mundo cambiante y competitivo, al establecer e interpretar relaciones entre conceptos que fundamenten la capacidad para tomar decisiones en situaciones científicas, biológicas, físicas y éticas no solo desde un lenguaje único sino a través de diferentes lenguajes para ser un sujeto competente ante un mundo globaliza- do. (MEN-ICFES) 2017 En otras palabras, lo que se busca es que nuestro estudiante no solo se reconozca como un elemento de un engranaje social, sino que se reconozca además como un sujeto con intereses y necesidades propias que lo formen íntegramente desde el emprendimiento, lo axiológico y lo académico.

Complementado con lo anterior, ese saber fundamenta su saber hacer y al “asumirse como ciudadanos y ciudadanas responsables, en un mundo interdependiente y glo- balizado” (MEN, 2006, p. 97). En la búsqueda infinita del bienestar de las personas y la convivencia pacífica entre los miembros de este territorio, asumiendo una actitud positiva frente a la vida.

Su objetivo principal es transformar las problemáticas sociales y servir como un agente de cambio social que contribuya al mejoramiento de la sociedad en un mundo que está en constante transformación y cambio; por tal motivo, este sujeto debe adecuarse a los retos que impone la sociedad, y se hace necesario desarrollar una serie de competencias que permitan contribuir con un conjunto de habilidades cognitivas, emocionales y comunicativas, que debemos desarrollar desde pequeños para saber vivir con los otros y, sobre todo, para actuar de manera constructiva en la sociedad MEN, (2004). El educador en este caso hace seguimiento y evalúa toda la producción material e intelectual del estudiante, sus destrezas conceptuales, actitudinales y praxiológicas; desarrollando conciencia en los estudiantes de lo que han aprendido y cuál es su aplicación e importancia en la vida real.

Todo esto parece confirmar, el compromiso que adquiere el estudiante del G.R.A. frente a los desafíos del mundo. Por otro lado, también nos habla de los retos que deberán asumir los docentes frente al deber ser de los estudiantes, deber que amplía su horizonte de comprensión al estar transformando constantemente su quehacer pedagógico, al entender los problemas y soluciones que se presentan en su noosfera educativa, al convertirse porque no en sistematizadores de sus propias experiencias, al estar siempre a la escucha de las necesidades de los estudiantes, al ser un ejemplo de vida, al fomentar la “transposición didáctica” que permita pasar de un “saber sabio a un saber enseñado” a través de las herramientas virtuales y la transver- salidad de los diferentes saberes potencializando constantemente sus capacidades ejes esenciales en todo proceso de enseñanza y aprendizaje.

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